El extraordinario botijo
Fuente de vida ancestral para las futuras generaciones.
El botijo nace del agua y la tierra, moldeado por mano del hombre, creación de arte y ciencia, conectándonos al origen mismo de la vida, para que nunca olvidemos que, al igual que él, somos parte y esencia de la naturaleza
¿Qué hace tan especial al botijo?
El botijo es un recipiente de barro cocido, hecho artesanalmente, que se utiliza para beber y mantener fresca el agua. El tipo de arcilla empleada para su elaboración es la clave principal de su capacidad refrigerante, una arcilla caracterizada por una mayor porosidad.
Mecanismo del botijo para enfriar el agua
El efecto botijo y su sistema de sudoración
Para enfriar el agua el botijo emplea un sistema de refrigeración por evaporación. Gracias a la (1) porosidad de la arcilla, diminutas gotas de agua se van filtrando al exterior del botijo, acción conocida como (2) sudoración, empapando su cuerpo. Estas gotas, en contacto con un ambiente más cálido y seco, empiezan a (4) evaporarse al convertir en energía el (3) calor que hay dentro del botijo. Como resultado la temperatura interna disminuye y el agua se mantiene fría.
El grado de enfriamiento dependerá de factores como la cantidad de agua contenida en el botijo y de las condiciones ambientales. Este proceso térmico, cumple una función muy similar a la que realiza el sudor en nuestro organismo para reducir la temperatura corporal.
La fórmula «secreta» del botijo
El botijo y la ciencia
Contrario a lo que se pudiera pensar, los estudios científicos aplicados al «efecto botijo» son relativamente recientes, de hecho no es hasta 1990, cuando dos profesores de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), dieron con la fórmula matemática oculta hasta entonces. El catedrático Gabriel Pinto y, posteriormente, José Ignacio Zubizarreta, se unieron en el estudio de la «misteriosa» capacidad del botijo para enfriar el agua, dando como resultado 2 ecuaciones sumamente complejas, y demostrando así que el «mecanismo del botijo«, como dice el refrán, para nada es «simple».
Las 2 ecuaciones «mágicas» del botijo
Para hacernos una idea de la sorprendente capacidad refrigeradora del botijo, en uno de los experimentos del profesor Gabriel Pinto se comprobó que un botijo con 3,2 litros de agua, en el interior de una estufa a 39º de temperatura constante y un 42% de humedad relativa, la temperatura del agua descendió 15º en el transcurso de 7 horas. ¿Magia? No, ciencia…
El proyecto completo de investigación de Gabriel Pinto y José I. Zubizarreta, fue publicado en 1995 en un artículo de la revista estadounidense Chemical Engineering Education, dedicada a la enseñanza de la ingeniería química.
Capacidad de refrigeración del botijo. Demostración real