Origen del botijo
La invención del botijo es algo imposible de determinar con precisión. Este recipiente, al igual que otros objetos de arcilla, cuenta con miles de años de historia. Su origen se remonta a la Mesopotamia de hace unos 5500 años, cuando se empezaron a desarrollar las primeras técnicas de cocción del barro. Con el transcurso del tiempo, su fabricación fue extendiéndose por otros territorios y civilizaciones hasta llegar a nuestros días.
En España el botijo más antiguo encontrado es el que se conserva en el Museo Arqueológico de Murcia. El hallazgo, hace unas seis décadas, se produjo en la necrópolis de Puntarrón Chico, en Beniaján, Murcia. Se atribuye a un destacado poblado de la cultura argárica y se estima que puede tener más de 3.500 años. Su diseño es diferente al que hoy día conocemos, ya que su forma es cilíndrica incorporando un pequeño orificio y asa en la parte superior. Su tamaño es de 11 x 9,5 cm.
España cuenta con maestros alfareros de primer nivel que llevan generaciones fabricando multitud de piezas cerámicas, entre ellas, los botijos, un producto que se ha convertido en uno de nuestros iconos culturales.
Fabricación del botijo
Seis fases principales
1. Preparación del barro
Antiguamente esta fase requería un proceso muy laborioso que abarcaba la búsqueda, recogida, transporte, tamizado y secado del barro. En la actualidad todo este proceso es realizado industrialmente.
2. Amasado
Permite eliminar el aire que la arcilla pueda contener, dejando la pella lista para trabajarla.
3. Torneado
Se comienza dando forma al cuerpo del botijo dejándolo airear una vez torneado. El resto de piezas (boca, asa y pitorro) se realizan a parte y también se dejan airear para que el barro tenga suficiente consistencia.
4. Pegado de piezas
Se procede a unir la boca, asa y pitón al cuerpo del botijo, repasando el conjunto para lograr un acabado fino.
5. Secado
Una vez terminada la pieza se deja secar el tiempo suficiente para que la pieza no se fracture en la fase de cocción debido a las altas temperaturas del horno.
6. Cocción
La última fase de fabricación es cocerlo en un horno por debajo de los 1000 grados de temperatura, para evitar que los microporos de la arcilla se sellen. Esto es fundamental para que el botijo pueda realizar su función térmica de enfriamiento del agua. Solo si el uso final del botijo es como decoración se procedería a una segunda cocción tras la fase de esmaltado.